Arq. Lizandro Castrellón Villarreal
Profesor de la Facultad de Arquitectura
Universidad de Panamá
Siempre me he preguntado si nuestros alumnos de arquitectura al llegar al último nivel de estructura, esto es en estructura III, saben identificar la estructura que puede encajar correctamente en los diseños que, hasta ahora, a nivel académico han tenido que resolver, más aun, ¿sabrán identificar la tipología estructural que proponen para soportar su obra?, o ¿será que simplemente diseñan y dibujan sin pensar en el trabajo mancomunado entre arquitectura y estructura?. Para aliviar esta incertidumbre y llenar cualquier laguna que haya quedado en el recorrido académico de mis estudiantes, cada segundo semestre los invito a que hablemos de tipologías para lo cual esta vez parto citando una definición profunda de arquitectura.
De Wikipedia, la enciclopedia libre he querido compartir con ustedes la siguiente definición de Arquitectura:
“La arquitectura es el arte y técnica de proyectar y diseñar edificios, otras estructuras y espacios que forman el entorno humano. La palabra «arquitectura» proviene del griego αρχ (arch, cuyo significado es ‘jefe’, ‘quien tiene el mando’), y τεκτων (tekton, es decir, ‘constructor’ o ‘carpintero’). Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el director de la construcción y la arquitectura es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción de los edificios y estructuras, ya que la palabra Τεχνη (techne) significa ‘saber hacer alguna cosa’. De ella proceden las palabras «técnica» y también «tectónico» (‘constructivo’)”.
Ahora bien, ¿Por qué nos identificamos con esta definición?: porque a nuestro juicio el Arquitecto no solo debe ser capaz de crear y adecuar los espacios dedicados a la actividad del ser humano y todo lo que a su alrededor lo involucra, si no que además tiene que considerar durante la concepción de estos espacios el sustento estructural que permita en forma segura mantener en pie su obra arquitectónica, es decir, pensar en ese conjunto de elementos resistentes, convenientemente vinculados entre sí, que accionan y reaccionan bajo efecto de las cargas generadas en la edificación y transmitirlas a través de ellos hasta llegar a los cimientos y en consecuencia a tierra como destino final manteniendo el espacio construido sin sufrir deformaciones o roturas.
Esos elementos resistentes en su conjunto es lo que conocemos como ESTRUCTURA y la misma debe cumplir con los requisitos de equilibrio, estabilidad y durabilidad, a mi criterio, pilares fundamentales de toda estructura sin importar la tipología; podrá ser de concreto, acero, cable, madera o combinada, lo importante es que sea resistente a las exigencias de uso. Así partiendo de la forma en que trasmiten las cargas a los apoyos podemos clasificar las estructuras como sigue:
Trianguladas: Se forman por la unión de barras o miembros que van formando triángulos lo que conocemos como triangulación de las fuerzas.
Laminares: Una lámina es un elemento resistente de mucha superficie y poco espesor, son elementos que resisten por forma. Suficientemente delgadas para no desarrollar importantes tensiones de flexión, corte o torsión.
Se sustentan porque sus esfuerzos internos son normales y tangenciales.
Las cáscaras trasladan las cargas que actúan sobre ellas, mediante esfuerzos normales de tracción y compresión, y esfuerzos tangenciales.
Funiculares: Conducción de las cargas directamente hacia los apoyos con destino al suelo. Forma adecuada de un elemento estructural para un flujo natural de las fuerzas.
Masivas: Descomposición de las fuerzas a través de la masa
Estructuras mixtas: Combinan diferentes tipologías.
Estructuras verticales: Los edificios en altura son un ejemplo de estructuras verticales; con gran diferencia entre la superficie de planta y su altura considerable, que actúa como una ménsula empotrada en el terreno, más que como una columna apoyada. En estos casos, el problema más importante es el vuelco ante las cargas originadas por el viento.
Las cargas que deciden el proyecto de un sistema estructural vertical se obtienen de la sumatoria del peso propio, las cargas de uso y el viento. Éstas se componen en una resultante oblicua.